miércoles, 30 de julio de 2014

El tiempo real, la vida universitaria


En este artículo nos proponemos indagar las características que asume la experiencia universitaria de estudiantes de la Universidad Alas Peruanas de Abancay. La experiencia universitaria en el tiempo presente se plantea como un objeto de investigación histórica que adquiere relevancia  en  un  escenario de  crisis  de  tradiciones académicas, de reconfiguración  social.  La  reconstrucción  de  la  vida  cotidiana universitaria a partir la narración de biografías estudiantiles permite conocer las nuevas dinámicas del  proceso cultural  que acontece en  las  instituciones y  reconocer elementos y fenómenos que indican elementos de continuidad y discontinuidad con otros ciclos históricos.


La universidad pública constituye un espacio en el cual buena parte de estas cuestiones se ponen en juego hoy. Como pieza clave del sistema educativo, entendido como sistema cultural,  las universidades públicas se expandieron y son, en el presente, depositarias de imaginarios culturales, tradiciones e ideales de distintos ciclos históricos. Reubicadas en un campo de la educación superior que ha dado forma a otras opciones universitarias privadas de elite para los sectores medio-altos , las universidades públicas son un espacio de educación de masas signado  notoriamente por el cambio del tejido social del país y muestran la convivencia intergeneracional de disímiles trayectorias sociales, culturales y formativas de profesores y alumnos. El hecho de que la universidad siga siendo productora dexpectativas igualitarias   en  un  escenario social atravesado por  mayores desigualdades, la convierte en un problema atractivo para la investigación.
Se hace necesario entonces llevar adelante una lectura histórica del presente de la universidad pública, entendiendo el presente desde aquellas preguntas planteadas por Michel Foucault en su relectura del  texto de Kant Qué es la ilustración: “¿Qué pasa hoy?, ¿Qué es lo que pasa ahora? y ¿qué es ese “ahora” dentro del cual estamos unos y otros y que define el momento  en  que  yo  escribo?.  Interrogar  el  presente,  la  actualidad  de  la  experiencia universitaria, supone interrogarnos a nosotros mismos, “a un nosotros que remite a un conjunto cultural característico de su propia actualidad” y a “el campo de las experiencias posibles .
Entre esas experiencias nos interesa interrogar la experiencia estudiantil, que constituye una ocasión para leer el tiempo presente entendido como “una yuxtaposición o superposición de pasados  y  de  futuros  y  una conjugación  de  temporalidades  en  movimiento  cargadas  de símbolos, signos y afectos . La experiencia estudiantil en el tiempo presente está atravesada por temporalidades que corresponden a distintos ciclos históricos y a distintas esferas de la vida social (familiar,  generacional, educativa, política,  etcétera)  que  ponen en  juego  horizontes diversos  y  contradictorios que  se  dirimen  en  buena  medida  en  los  procesos  y  dinámicas individuales y colectivas de la institución universitaria. Las biografías estudiantiles expresan, por otra parte, las tensiones propias de un ciclo histórico marcado por la inestabilidad y la incertidumbre.
Es posible acercarse a la experiencia estudiantil desde una triple perspectiva: la identificación de distintas representaciones históricas sobre los   estudiantes universitarios, el análisis de algunos datos sobre la situación estudiantil en el presente   y la exploración de historias de vida de estudiantes universitarios. Consideramos que a partir de las narraciones estudiantiles sobre la propia  experiencia universitaria se accede a aspectos desconocidos del presente que permiten a la vez desacralizar viejas representaciones y encarnar a los sujetos. Ello implica  priorizar  la  indagación de  los  modos  de  apropiación   subjetiva  de  la  institución universitaria, de la educación en general y del tiempo histórico. La narración de la experiencia universitaria constituye un modo de problematizar la relación entre educación, historia y subjetividad  que  habilita  la  comprensión  de  las  dimensiones  heterogéneas  de  la  vida institucional de distintas generaciones. 

Narrar la experiencia estudiantil


Una exploración de la experiencia universitaria en el tiempo presente desde la perspectiva de los estudiantes supone abordar las identidades en proceso y no como resultantes de posiciones invariantes, fijas y estables en las instituciones. Las identidades se constituyen en la representación y surgen del proceso de narrativización del yo y en este sentido “debemos considerarlas producidas en ámbitos históricos e institucionales específicos en el interior de formaciones  y practicas  discursivas  específicas,  mediante  estrategias  enunciativas específicas32 .  Ello 
implica  poner  en  juego  una  perspectiva  de  destotalización  de  las identidades, que discuta con ciertas caracterizaciones generales de los sujetos y de las instituciones  educativas  que  forman  parte   de   los   discursos  político-universitarios,  sin desconocer por ello que todo discurso político parte de una perspectiva totalizadora con componentes retóricos.




Por otra parte, la crisis de ciertas identidades cristalizadas en el discurso institucional en tanto nombran experiencias cada vez más heterogéneas y disímiles respecto de experiencias del pasado reclama un espacio de interrogación del tiempo presente   en el que el investigador propicie una enunciación, una puesta en relato, una reflexión de orden subjetivo sobre la experiencia individual y colectiva. Ese relato debería poner en juego la dimensión de lo biográfico y de lo autobiográfico3de la vida universitaria y reconocer su naturaleza ficcional admitiendo el conjunto de expectativas, ideales e ideologías que es consustancial a la misma.
Una historia del presente toma forma a partir de las narraciones de la experiencia estudiantil, en las que es posible identificar las marcas del pasado y su reinterpretación actual, la combinación entre la permanencia de viejos dispositivos institucionales y la emergencia de situaciones, la generación de diferencias en la cadena generacional que liga a profesores y estudiantes y de formas nuevas de significación y apropiación de los bienes culturales (de las instituciones y de generaciones anteriores), etcétera. Esa narración conduce invariablemente a construir otra  mirada sobre lo  conocido, en  este  caso la  institución universitaria. Fernand Braudel ha señalado en este sentido que “la sorpresa, la desorientación, el alejamiento y la perspectiva insustituibles métodos de conocimiento todos ellos– son igualmente necesarios para comprender aquello que nos rodea tan de cerca que es difícil vislumbrarlo con claridad.

¿Cómo se narra la experiencia estudiantil? Señalaremos aquí algunas interpretaciones sobre el material relevado en entrevistas realizadas a grupos de estudiantes próximos a recibirse de distintas carreras de la Facultades de Filosofía  Letras y de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Debemos señalar que estas facultades han sufrido la ampliación de sus matrículas, el congelamiento de sus presupuestos y una fuerte reconfiguración de sus campos de conocimiento en las últimas décadas. Los tópicos trabajados en las entrevistas atendieron  a  la  reconstrucción  de  un  ciclo  formativo  y  propiciaron  tanto  formas  de rememoración como una reflexividad global sobre la experiencia universitaria.

             I)  El ingreso a la universidad, que en el caso de la Universidad de Buenos Aires supone el cursado del Ciclo Básico Común, se plantea como un verdadero ritual de iniciación. Se ingresa no sólo a un mundo desconocido sino a un mundo cuyas reglas no son claras o se percibe que no existe una comunicación adecuada de esas reglas o que no hay intención activa de comunicación institucional. 
También ese primer año se percibe como portador de una lógica pública, diferente de la lógica de la institución privada de la que procedían la mayor parte de los entrevistados36 . La lógica pública estaría en el hecho de que la universidad reúne estudiantes de distintas procedencias, es un lugar de heterogeneidad a pesar de la selectividad social que estaría en la base. Se reconoce la construcción de un colectivo social de pares en el que la decisión familiar resulta diluida o no es transparente y en el que quedarían en primer plano las midas o firme decisiones vocacionales de los jóvenes  Pasaje de la escuela secundaria como prolongación de cierto orden endogámico a la universidad como lugar de una exogamia estatal: los estudiantes reconocen  el  impacto  positivo  de  la  convergencia  de  orígenes  sociales  distintos  en  la experiencia universitaria

II) Los estudiantes narran la experiencia subjetiva de la masividad de la universidad pública, como construcción histórica que conlleva en los primeros años modos impersonales o de despersonalización, experiencias de inaccesibilidad al otro (profesor) o de no intervención en las aulas. Si la masividad provoca sorpresa en una primera etapa, con el transcurso del tiempo se naturaliza y genera como resistencia procesos de  individualización37 del estudiante. Pareciera que lo que no actúa es la institución en una operación de reconocimiento del otro-estudiante y este no-reconocimiento provoca salidas individuales en las que entran a jugar lo que Bourdieu llamaba las “disposiciones heredadas”.

III) La relación con pares asume una importancia notoria, sociabilidad que toma forma en  los  primeros  años  a  partir  de  acontecimientos azarosos,  que  crea  lazos  fraternos  que permanecen que de a  poco va configurando figuras de amistad3 que en muchos casos desplazan a vínculos anteriores, previos a la universidad. La productividad de la relación con los pares no es solo afectiva, sino que aporta a una construcción de identidades colectivas que atenúan las consecuencias de la distancia o ausencia o indiferencia institucional (profesoral) y que permiten crear estrategias de adaptación como respuestas al carácter conservador de las instituciones universitarias.

           IV) La experiencia estudiantil implica en su transcurso el conocimiento de la ciudad y sus alrededores . La relación con pares y el trabajo colectivo instala el viaje, el desplazamiento, la reunión en lugares y barrios desconocidos, que genera aprendizajes sociales . La experiencia estudiantil en la Universidad Alas Peruanas en Abancay  es la experiencia de la ciudad y sus alrededores.


V) La relación con los profesores se modula en la experiencia de la masividad, con riesgos de perdida de la dimensión intersubjetiva del vínculo pedagógico. La identificación de los gestos del profesor (saludar) como gestos de reconocimiento del estudiante son valorados, como aquello que introduce una diferencia en el anonimato. Los profesores son a su vez un enigma, explorable a través de las nuevas tecnologías (buscador), portador de modelos de identidad o de rechazo. Entre la distancia jerárquica en la que prima el desconocimiento y la contingencia de las situaciones los vínculos de los estudiantes con los profesores se despliegan. Las diversas apreciaciones sobre las clases teóricas, aun admitiendo la crisis de ese dispositivo pedagógico y su carácter de puesta en escena, oscilan entre el reconocimiento de las “lecciones de maestros y el aburrimiento.
Profesores que, como categoría social, son investidos y reconocidos por su saber, por esa distancia que se vincula con lo que no se posee, a la vez se los reconoce como cercanos. Aquella distancia desaparece en tanto la cuestión social (la crisis) los politiza, los coloca en un lugar de paridad. La política deja de ser un atributo juvenil para visualizarse en los relatos como consustancial a la enseñanza en la universidad pública.

VI) El tiempo, en tanto construcción social y subjetiva en la experiencia estudiantil es un tiempo en muchos casos desorganizado por efecto de la propia lógica institucional, un tiempo institucional que parece desconocer el tiempo del estudiante, un tiempo escasamente libre, sin el  ocio de los primeros años y autoregulado por la  combinación de actividades laborales y de cursado. La familia aparece en los relatos como una presencia que en muchos
casos  sostiene  ese   tiempo  excesivamente  ocupado,  desde  formas  de   acompamiento
tradicionales (tener la comida lista cuando se llega muy tarde). Es un tiempo que en muchos casos no sólo contiene trabajo y estudio, sino actividades políticas o actividades sociales. Un tiempo que opera con distintos ritmos (vida familiar, laboral, estudiantil, etcétera).


VII) La universidad es en los primeros años un lugar en el que transcurre un tiempo vital, iniciático, para ser con los últimos años un lugar de paso, más extraño y menos cercano. Así es al principio un conjunto de espacios de experiencias (bares, pasillos, aulas, veredas, lugares cercanos, aulas). Con el tiempo y a medida en que el alargamiento de la carrera provoca un desfase respecto de la regularidad común, se acude a la universidad desde una experiencia menos colectiva y más atada al interés o necesidad individual y despojada de afectividad en tanto no hay ya acompañamiento de los pares y los otros  estudiantes resultan desconocidos. Situación generada por la prolongación de los estudios, por el impacto del trabajo estudiantil en el alargamiento de las carreras, por el “envejecimiento educativo” como tendencia de la época.

          VIII) La mirada global sobre la experiencia universitaria inconclusa por parte de los estudiantes es objeto de sentimientos de ambivalencia, notoriamente valorada o desmistificada, recordada con alegría o con dolor, identificada en todos los casos como inaugural de otro ciclo personal, cuestionada por sus rasgos actuales, por la insatisfacción que produce a pesar de todo la salida de la universidad.

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